Después de unas cuantas horas en autobús y de volver a cruzar el estrecho de Magallanes nos encontramos en uno de los países de Sudamérica que nos recuerdan más a nuestra tierra: Chile. Sólo llegar iniciamos los preparativos para visitar el magnífico, espectacular y carísimo Parque Nacional de las Torres del Paine (25 € entrada, sólo descuento para chilenos, primera clavada). Uno de los preparativos (seguramente el más importante) era descansar antes de empezar aquella que nos parecía una intensa excursión. Así que paramos a hacer noche al encantador pueblo de Puerto Natales.
Puerto Natales es una ciudad costera de 18.000 habitantes desde donde se vehiculan todas las expediciones si viajas al Parque, lo que implica que está preparadísimas para el turismo. Todo tipo de hoteles, hostales y residenciales equipan la ciudad, además de todo un abanico de restaurantes para todos los gustos y presupuestos, que hacen de este lugar el sitio ideal para iniciar la excursión a las Torres del Paine.
Desde Puerto Natales al Parque hay 112 km, unas dos horas en autobús (25 € ida y vuelta, segunda). Se tiene que decir que el parque es chulísimo, muy bonito, pero todo es caro como el fuego. Si lo quieres visitar más o menos bien, necesitas al menos cuatro días. Tercera clavada: el alojamiento dentro del parque. Los refugios, donde compartes habitación con ocho personas y en los que tienes que llevar tu propio saco de dormir, te cuestan 40 € / persona y noche! Nosotros optamos por la opción acampada, lo que implica cargar con unas mochilas pesadísimos y pasar un frío que te hacen castañetear los dientes a media noche! Unas buenas esterillas, un buen saco y una buena compañía solventan el problema ;)
Aunque necesitas unos cuatro días para visitar el Parque, nosotros lo hicimos en dos (el tiempo para llegar al caribe apretaba). Escogimos hacer la ruta que te lleva hasta el Mirador Las Torres . Hicimos el primer tramo desde la Laguna Amarga hasta el Refugio Chileno con las mochilas (dos horas de intensa subida). En el Refugio Chileno plantamos nuestra "casa" donde nos cobraron 6 € / persona. El hecho de acampar te da derecho a usar los baños y una ducha, también te permite utilizar los "termos" de agua caliente que nos salvarían del frío y del hambre, ya que nos habían dicho que podríamos disponer de cocina, lo que no se confirmó. De esta manera pudimos comer sopas precocinadas, puré de patates en sobre, etc. Sobrevivimos los dos días a base de víveres que iluminadament habíamos comprado en Puerto Natales, si no se hubiera consumado la cuarta clavada.
Después de una noche fría nos esperaban dos horas más de subida y tres y media de bajada ... pero cuando decimos subida es SUBIDA! A pesar del esfuerzo y los resoplidos para llegar arriba, desde el mirador, elevándose casi 2.000 metros sobre la estepa patagónica, se pueden ver -si es que el tiempo lo permite, no como a nosotros- las espectaculares Torres del Paine. Tres pilares de granito que conjuntamente con un lago de color verde claro, envuelven un paisaje único del que dicen que es el mejor parque nacional de América del Sur .
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